viernes, 14 de octubre de 2011

DONOSTIA Y SU GOBIERNO OPOSICION

No pretende ser esto un análisis profundo, eso requeriría mucho más tiempo del que por desgracia dispongo para este escuálido blog, pero sí al menos una observación. En los cuatro meses que Bildu lleva al frente del ayuntamiento donostiarra la sensación que ha transmitido es la de provisionalidad: la ciudad sigue funcionando (faltaría más, al fin y al cabo que eso ocurra depende menos de la corporación que de los trabajadores municipales) pero ni se percibe un cambio sustancial en los servicios a los ciudadanos ni, sobre todo, se vislumbra intención de promover en un sentido u otro la materialización de los proyectos e infraestructuras pendientes. Con independencia de la opinión que muchos de estos merezcan (Tabakalera, metro, Audizt Akular…) hay uno cuya necesidad clama al cielo: la estación de autobuses, un equipamiento del que la ciudad carece, aunque parezca increíble en pleno siglo XXI y tratándose de un destino turístico. Pues bien, en esta como en otras cuestiones la nueva izquierda abertzale municipal se comporta como venía haciéndolo desde sus tiempos de aguerrida oposición: se opone pero no dispone. La nueva consigna del equipo de gobierno (olvidémonos del proyecto existente y parcialmente comprometido para construir la estación en Atotxa y retomemos el viejo proyecto de ubicarla en Riberas de Loyola) no es sino un mensaje a sus votantes. Saben perfectamente que tal idea no va a prosperar con una oposición que la rechaza en bloque, pero mantienen intacta la aureola de fidelidad a sus principios transmitiendo la idea de que lo que ocurra o deje de ocurrir se hará por encima de ellos, pisoteados como siempre (hasta cuando gobiernan). Quizás por falta de costumbre, a Bildu le resulta incómodo gobernar, al menos con la responsabilidad que comporta hacerlo en instituciones como el Ayuntamiento de Donostia o la Diputación de Gipuzkoa. Gobernar, sobre todo cuando se está en minoría, implica pactar soluciones con tus adversarios, llegar a acuerdos que a veces no casan con lo que propones en tu programa y precisamente por eso, arriesgarte a concitar el rechazo de parte de tus votantes, a los que quizá no les guste la solución adoptada. Pero es que se gobierna para todos, no solo para contentar a los que te han votado (aun si muchos de ellos, al menos en el caso de Bildu, te voten más por lo que representas que por lo que programes hacer). Desde luego en el caso de la estación de autobuses yo no sé si Atotxa es la mejor ubicación pero si sé que es mejor tenerla allí que no tenerla en ninguna parte.
+Info: el asunto en el Diario Vasco

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